FUNGICULTURA PARA DUMMIES
Por: Dra. Carolina Chegwin
Química, MSci y PhD en Ciencias Químicas
Como recordarán la idea de estos blogs es ir contando una historia en torno al reino de los hongos; hemos hablado sobre qué son, la importancia de su tamaño, sus usos en diferentes campos y ahora vamos a acercarnos a un término que para muchos de ustedes es nuevo, la fungicultura.
Conocedores de las cualidades que tienen algunos hongos macroscópicos particularmente desde el punto de vista nutricional y medicinal, los curiosos de este tema, la comunidad científica y por supuesto culturas ancestrales tan antiguas como la china, empezaron a evaluar diferentes estrategias para domesticar a estos organismos, es decir cultivarlos en medios artificiales y fuera de sus condiciones habituales de desarrollo. A esta actividad se le conoce como fungicultura para tratar de diferenciar un poco del termino agricultura que hace alusión más a temas relacionados con el uso del suelo para la obtención de un alimento.
¿Ahora se preguntarán ustedes y es que acaso no se usa suelo para cultivar un hongo? La respuesta es no, para cultivar un hongo necesitamos un sustrato o un medio de cultivo compuesto por los nutrientes que el necesita para crecer, pero estos no son provistos por el suelo como en el caso de las plantas. No se puede hacer un listado de los componentes que se deben usar para cultivar hongos, cada uno tiene requerimientos especiales, pero en términos generales necesitan carbono y nitrógeno en altas cantidades y estos pueden ser proporcionados por azucares o fuentes mas complejas como por ejemplo los residuos agrícolas, las hojas de plátano, la cáscara de cacao, de frijol, el tamo de arroz, entre otros. Todo esto que para un agricultor se convierte en un problema sino sabe como disponerlo, lo pueden usar los honguitos para crecer y finalmente convertirse en una fuente de proteína de excelente calidad o en una fábrica de compuestos con un interesante potencial terapéutico. Este tipo de modelos económicos y productivos en los que se busca producir, consumir, reciclar y volver a producir, es lo que hoy en día llamamos economía circular, otro interesante campo al que aporta la fungicultura y por supuesto los hongos son los protagonistas.
No obstante, este tipo de cultivo conocido como tradicional o artesanal, trae consigo una serie de retos para los fungicultores como es la garantía de calidad e inocuidad de esos residuos para que el hongo pueda de igual manera ser un producto apto para el consumo humano. Por esta razón se ha venido trabajando en el desarrollo de tecnologías mas innovadoras, eficientes y que puedan realmente garantizar y estandarizar el producto que se quiera comercializar o estudiar desde un punto de vista mas avanzado por ejemplo para ensayos clínicos, la producción de un medicamento, un alimento funcional o un suplemento dietario. A este tipo de técnicas se les conoce como fermentaciones en estado líquido o técnicas biotecnológicas, pero claro también son una forma de fungicultura, un poco más avanzada pero igual su objetivo es cultivar hongos.
¿Y si comparamos con el tiempo que tarda en crecer una planta, como les va a los hongos? Pues bien, tampoco podemos generalizar, pero este proceso puede tardar desde un par de semanas si compramos un kit de cultivo artesanal o tradicional para llevarlo a casa y solo garantizar las condiciones para poder tener una cosecha lista para consumir, hasta un par de meses si queremos empezar el cultivo desde cero adquiriendo una semilla de buena calidad. Si lo que vamos a implementar es un cultivo líquido o biotecnológico, este requiere una serie de condiciones más complejas y por ende una infraestructura más robusta, esto se lo dejamos a los centros de investigación, las universidades o las empresas altamente innovadoras.
Por último quiero cerrar este blog con una invitación a que adquieran su kit de cultivo de hongos comestibles (orellanas o shiitake) en un lugar recomendado por alguien que conozca sobre el tema, disfruten del placer de ver crecer a estos hermosos organismos en su casa y luego permitan a su paladar la delicia de disfrutar de una receta fungi gastronómica excepcional además de poder ser fungicultores por un par de semanas.